Historia del Arte en Rosario


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Gatti, Carlos

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Pintor

Carlos Gatti nació en Rosario en 1939. Realizó, de 1962 a 1966, su aprendizaje en artes plásticas en el Taller de Juan Grela.

Desarrolló además estudios en ciencias, doctorándose en Bioquímica, y trabajando como docente e investigador en la Universidad Nacional de Rosario.

El Taller de Juan Grela:
Mi principal aprendizaje formal en el campo de la plástica lo realicé en el Taller que el maestro Juan Grela tenía en Bvd. Rondeau casi esquina Independencia (actual Vila), en el barrio Alberdi de Rosario.
Grela ofrecía la oportunidad de una formación integral. A la completa gama de lecciones y ejercicios se agregaban discusiones, análisis de reproducciones y lectura de textos de su extensa biblioteca, análisis de obras en Museos, visitas a maestros locales, exposiciones colectivas en primer término y finalmente individuales en la galería El Taller, especialmente dispuesta para ello.
Estas muestras incluían catálogos con grabados de otros alumnos, y se designaba también a alguien que debía comentar la muestra, con una discusión general final. No faltaba, por supuesto, el “vernissage” de rigor en las inauguraciones.


Aspectos de su Obra:

Comencé a exponer en la década de los 60’. Los años 60’, como es bien sabido, se caracterizaron por una efervescencia evolutiva que nos llevó, a algunos de los alumnos del Taller de Grela, a experimentar con las propuestas de los diversos “ismos” que se sucedieron en la segunda mitad del siglo XX.
Pasamos así de la pintura abstracta, cuadros de grandes dimensiones con aplicaciones de collage y pintura industrial, a los cuadros-objeto en los que se invadía parcialmente la tercera dimensión, a los objetos y a otras estructuras ya definidamente tridimensionales a las que se adjudicó la denominación de “estructuras primarias” según el modelo del “minimal- art”, pero que en realidad hoy día serían, en muchos casos, muy probablemente identificadas como “instalaciones”.

Los pasos siguientes fueron las obras de acción como los happenings, que derivaron finalmente en obras de fuerte contenido político de las que “Tucumán Arde” constituyó el paradigma.

Gatti Carlos - Tazas AzulesGatti Carlos - Al AcechoGatti Carlos - AluvionalGatti Carlos - Atardecer en la PlazaGatti Carlos - Botellas sobre la mesaGatti Carlos - Camino RuralGatti Carlos - Campos Verdes de mi Tierra NatalGatti Carlos - EmbarcaderoGatti Carlos - La FuenteGatti Carlos - Las miradas fugaces 2000

En este período produje obras de los distintos tipos (a excepción de las de acción) que en su mayor parte fueron destruidas, quizás como consecuencia de haber arribado, al final del mismo, al cuestionamiento de la validez del arte tal como lo conocíamos, en lo que se llamó “la muerte de la pintura”, referida esencialmente a la pintura de caballete.
Después de la “muerte” de la pintura a fines de los ’60, mi necesidad de expresarme gráficamente me llevó a intentar una serie de obras que pretendían tener un cierto contenido crítico.
El medio elegido para realizarlas fue entonces un medio alejado del material convencionalmente usado en la pintura “de caballete”: el esmalte sintético.
La figuración utilizada era de corte historietístico y los formatos y diseños cercanos al póster publicitario. Se pintaron con una intención de transmitir al espectador un mensaje de crítica social totalmente explícito, de carácter panfletario.
Fueron expuestas en muy escasas ocasiones. Luego de un tímido regreso a la pintura al óleo a principio de los años ’80, el trabajo con naturalezas muertas de corte clásico me llevó a un interés por pintar objetos, especialmente de vidrio, con sus atrayentes transparencias y sombras, en tamaños grandes y enfoques no tradicionales. Una muestra de estas obras fue comentada por Rubén de la Colina. Como una suerte de “objetos urbanos”, las plazas secas atraen también mi atención por su atmósfera metafísica, con presencia de monumentos y ocultos amantes, pequeña serie esta que denominé “El amor en las plazas secas”. Durante este período cambié el óleo por la pintura acrílica, que usaría en adelante. Las pinturas del período 1990 – 1999 se deben a un interés en reflejar el paisaje local (el río, la pampa húmeda...) a través de un lenguaje plástico personal, elaborado en esta etapa. En el aspecto material incluyeron el collage y, sobre todo, telas cosidas y maderas pegadas, trabajadas de diferentes formas, para satisfacer una necesidad de construcción y trabajo manual, diríamos artesanal. Fueron realizadas con acrílico.
La muestra “Sobre cielos, tierras y aguas” de este período, en 1997, mereció un comentario en Rosario 12 del 01/07/1997, redactado por Rafael Sendra. Una muestra similar en Santa Fe fue comentada en Opinión del 21/08/1998 por Domingo Sahda.
En los últimos años mi forma de trabajar fue aplicada a lo que comenzó como un intento de pasar, después de haber tocado el tema del paisaje, a lo que podríamos llamar un “paisaje” urbano. Resultó un “paisaje” de relaciones establecidas a través de miradas entre personajes, incluido el espectador, y de relaciones entre espacios interiores y exteriores (¿físicos, psicológicos?...), donde aparecen temas como la seguridad, el encierro, la intimidad y un aire de deterioro generalizado que se me aparece como una referencia al aquí y ahora que vivimos.
Por ello, una muestra de estos trabajos en el 2000 se llamó “El juego de las miradas”, comentada también por Rafael Sendra en el catálogo de la muestra.
El trabajo de estas obras es también marcadamente artesanal. Se trata de obras que no admiten marco en la mayor parte de los casos, con inclusiones de trozos de molduras y retos de madera, tallado del soporte de “fibrofácil” en algunos casos, y utilización de pintura acrílica.
Carlos Gatti.


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